(esta no es la forma en que deberías agarrar un palo de golf)

Jugador de golf en Abama

Las ventajas, incluso para los no golfistas, son evidentes

Grandes zonas verdes como paisaje, silencio, aire puro, ausencia de tráfico, …
Los planes urbanísticos, excesivamente preocupados por obtener la máxima rentabilidad, provocan que golf y vivienda no sean del todo compatibles.

Estados Unidos es otra historia

Allí saben mucho de golf y de vivir bien, estudian con sumo cuidado las distancias que separan el campo de golf de las viviendas.

Hoyo 18 de Pebble Beach

En España, no son pocas las denuncias al respecto. El impacto de una bola de golf puede, en el peor de los casos, provocar la muerte. Si son incrédulos…hagan la prueba. La anécdota es la excepción.

Valle Romano, comunicación equivocada

Todo lo anterior, viene a colación de la campaña publicitaria elaborada para la venta de viviendas en Valle Romano, Estepona.
Desde mi punto de vista, se trata de un grave error de planteamiento de campaña.
Cuando alguien se compra una vivienda junto a un campo de golf, al margen de los beneficios antes mencionados, también sopesa los contras. El más evidente es el peligro físico que supone que te den un bolazo.

Los diversos spots, convierten en “graciosas” (¿?)…

…situaciones peligrosas

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Así, en uno de ellos, mientras un propietario aparece dormido en su terraza, una bola de golf aterriza en su boca. Ni que decir tiene, que si eso fuera verdad, como mal menor no le quedaría un solo diente en su sitio.

En otro, mientras la familia disfruta de una barbacoa en su terraza, lo que llega a su plato es una “chuleta” (así se denomina en el argot golfístico) de césped, no de carne. Este hecho, además de dudosa gracia es absolutamente imposible.

En el tercero, el mismo propietario, recibe un bolazo que le hace quedar desnudo.
Aquí me ahorro las explicaciones.

No entro a considerar el estereotipo de jugador de golf que protagoniza los diversos spots. Les deseo mucha suerte a los vendedores, porque con este material publicitario lo van a tener muy difícil.

Consiguen que el golfista se sienta ridiculizado y, obviamente, provocan la inmediata animadversión por un proyecto y/o empresa con este planteamiento.

Y, a los no golfistas, no creo que les parezca gracioso vivir en un sitio peligroso.

En definitiva, os habéis lucido.

Otro ejemplo: