¿Te has sentido alguna vez como Michael Douglas en la escena del atasco en “Un día de furia”?

Estoy seguro de que si, especialmente si vives en una gran ciudad.

A todos, especialmente a los que lo sufrís cada día, nos ha parecido incomprensible este planteamiento de vida.

Tu empresa, por diferentes motivos, decidió instalarse en el centro de la ciudad. Quizá los servicios que ofrece, no la vinculan con esa necesidad. Pero, claro, la imagen de la empresa lo pide : “¡Cómo no vamos a estar en el centro!” Es decir, “estar en el centro” es una entelequia. Por estar en el centro, NO estás en el centro de atención de tu cliente. Da igual : debemos y tenemos que estar en el centro.

Es decir, la empresa ha asumido (por lo menos hasta ahora) que el coste brutal de tener cientos de metros cuadrados en el centro era necesario.

Que los trabajadores que en ella trabajan CADA DÍA, aunque no vivan en el centro porque no pueden permitírselo, es algo secundario. Que si ellos, o incluso los jefes, para huir del centro, deciden vivir a las afueras (buscando más metros a un mejor precio) tienen que pagar el precio de perder varias horas en ir de su casa al trabajo y viceversa.

Esta pandemia está dando algunos datos objetivos. Uno de ellos es la reducción brutal de la contaminación, derivada, obviamente, de la ausencia de coches. Bueno, ¡menos mal! ¡algo positivo!

Si además, este virus, o los que puedan venir, nos obligan a distanciarnos para no caer enfermos (o muertos) , ¿a qué conclusión inmediata llegan las empresas?

Pues la primera es evidente : no podemos pagar lo mismo por unos metros cuadrados donde, de momento, sólo pueden trabajar la mitad de las personas. Si el arrendador no reduce sus expectativas a la mitad, o nos vamos fuera del centro o cerramos el negocio. Estoy hablando principalmente de oficinas pero el concepto es extensible a comercios, restaurantes, bares, pequeños comercios, etc. La diferencia es que, en estos últimos negocios, si que está justificada la necesidad de su ubicación en el centro.

En definitiva, cuando sea posible, …

EL TELETRABAJO HA LLEGADO PARA QUEDARSE

Muchas empresas, hace años que lo promueven. Ellos se dieron cuenta, sin la necesidad de un virus limitador, que era un planteamiento mucho más razonable.

Las ventajas son evidentes y muchos las hemos descubierto en estos meses:

  • Ya no se pierde el tiempo en desplazamientos.
  • Ahorramos en combustible y en la vida útil de los vehículos.
  • Contribuimos a mantener un planeta mejor.
  • Se rinde más con menos interrupciones.
  • No tenemos que aguantar a ese tontaina de la oficina insoportable.

También hay inconvenientes:

  • Somos humanos, nos gusta relacionarnos cara a cara.
  • La agilidad de las reuniones en persona no son sustituibles por las video conferencias.
  • No es fácil tener ordenada la mente para saber cuando acaba la jornada laboral. Estás sobre expuesto a que no acabe.
  • Si tienes niños pequeños…entonces es otra cosa.

Y tú, después del confinamiento, ¿prefieres el teletrabajo? ¿Qué ventajas e inconvenientes destacarías? ¿Te gustaría seguir teletrabajando?

CONSECUENCIAS EN LA CIUDAD

Uno de los problemas entre Urbanismo y Política son los tiempos. Nuestros queridos políticos, toman las decisiones en función de los periodos electorales. El urbanismo, se rige por otros intervalos. Sin embargo, lo primeros deciden sobre lo segundo.

Times Square desierto de gente y coches con lluvia

Nuestras ciudades se han ido acomodando, en lo posible, a las medidas de los usuarios. No quiero jugar a urbanista, pero parece evidente que a la vista de las desoladas calles, si cambian los hábitos de trabajo, la ciudad quedará sobre dimensionada.

Ya no serán necesarios tantos carriles. Este hecho, abre la puerta al diseño de los urbanistas para rehabilitar la ciudad.

¿Te imaginas las vías principales de tu ciudad convertidas en parques lineales?

Antes y después del tratamiento vegetal del Paseo de la Castellana en Madrid

CONSECUENCIAS EN LA VIVIENDA

Todos los que hemos tenido la opción de empezar a teletrabajar, le hemos echado imaginación. Hemos reconvertido algún espacio de nuestro hogar en nuestro nuevo despacho. Lo hemos hecho pensando que iba a ser algo temporal. Pero ¿si no lo es? Si partir de ahora, porque lo decida la empresa o nosotros mismos vemos que nos gusta, que es más efectivo ¿merece la pena el cambio?

Pues bien, querido promotor, si esta tendencia se confirma (todo apunta a ello), tendrás que dar una solución habitacional nueva.

Os recomiendo el reciente artículo de Javier Molowny arquitecto con el que no puedo estar más de acuerdo: “El cambio de mentalidad” a la hora de elegir en dónde vivir tras el COVID-19

Ahora, la gente, va a pedir pisos con dos cosas :

una buena zona de trabajo y espacio al aire libre.

La segunda condición es más difícil de cumplir, pero la primera no.

Otra de las tendencias demográficas que influyen en la distribución de una vivienda es el número de hijos. Es decir, no es excusa pensar que una zona de trabajo es un suplemento superficial (de superficie, me refiero). Lo que tampoco vale, querido promotor, es pensar que un dormitorio de 8-10 m2 será el nuevo “espacio de trabajo”. Esa sería una solución para el presente. Pero, si quieres ser innovador, deberás repensar con tu arquitecto cómo ha de ser ese nuevo espacio. Obviamente, los legisladores también deberán hacer su trabajo en temas de normativa. Este cambio nos afecta a todos.

Como bien comenta Javier Molowny en su artículo, las viviendas han de ser flexibles. Si lo son, habremos avanzado. Piensa en la “historia de la vivienda” de tus padres. Si, las casas también tienen historia. En su época, era más habitual tener más hijos. Cuando crecen y abandonan su hogar, la vivienda queda sobredimensionada. Sobran habitaciones, si son flexibles en su concepción, pueden permitir a los solitarios padres, ampliar su salón para recibir a los amigos ya que cada vez les costará más salir como cuando eran jóvenes. Es sólo un ejemplo aunque habría muchos más.

¿CÓMO SERÁ ESTE NUEVO MODELO DE VIVIENDA + TRABAJO?

Ese estudio o despacho estará bien iluminado, seguramente más cercano a la zona de dormir que a la de estar y cocina. ¿Porqué? Por que necesita silencio y, además, entender que cuando sale del estudio, vuelve a su hogar. Esos metros de distancia harán la labor de desconexión que antes hacía el coche, etc, etc, etc.

Además, no tendrá que utilizar alargadores de los chinos (un día hablaré de la conveniencia de no comprar nada que se pueda enchufar en un comercio chino) como hemos tenido que hacer la mayoría al tener que instalarnos en casa urgentemente. Dispondrá de las mejores y múltiples conexiones.

Incluso creo que sería recomendable que esa estancia disponga de un aislamiento acústico extra. No queremos que la familia nos moleste pero tampoco querremos molestarles a ellos.

Un arquitecto y un administrativo, no tienen las mismas necesidades de espacio, de plano de trabajo o de almacén.

Las buenas condiciones de iluminación y ventilación se presuponen, pero no estará de más hacer hincapié en ello.

Si además dispone de buenas vistas al exterior, mejor que mejor.

Si proponemos, aunque no vaya incorporado en la vivienda, una propuesta de muebles convertibles para flexibilizar el uso del estudio, etc.

Cuando tu cliente compruebe que has pensado en sus necesidades, empezarás a ganar su confianza. No te pierdas este post de Javier Consuegra sobre el proceso de venta en una tienda de deportes. Si haces las preguntas adecuadas a tu cliente, tienes muchas más posibilidades de cerrar la venta. Da igual si son unas zapatillas o un piso.

Sobre todos los aspectos de tu nueva propuesta, has de hablar con tu arquitecto.

Pero, cuando tengas clara tu propuesta real y eficaz…

¿CÓMO EXPLICARÁS TODAS ESTAS NOVEDADES ADECUADAMENTE?

Si no siempre es fácil enseñar un piso, imagina si lo que ofreces es algo nuevo.

Ya sabes : tienes que transmitir confianza. Aunque irá cambiando, lo normal es que tu cliente, durante un cierto tiempo, siga buscando un piso con X dormitorios.

Tu obligación es ponérselo fácil. Explicarle las ventajas de tu propuesta. No bastará con decirle que ese dormitorio es en realidad un estudio para él. Deberás convencerle porque has pensado en sus necesidades.

Puedes empezar describiendo todas sus características y virtudes del nuevo espacio pero, hasta que no consigas que tu cliente se lo imagine, no te creerá.

Has de enseñárselo.

Que lo vea > que se lo crea. > que lo quiera > que se lo vendas > que te lo compre

Y aquí es donde entramos nosotros ;)

Mediante IMÁGENES y VIDEOS de alta calidad, conseguirás que tu cliente se“traslade” a su nuevo estudio. Debido al confinamiento, ya ha tenido ocasión de experimentar con su “intento” de espacio de trabajo en su vivienda actual. Ahora sabe mejor lo que necesita, las carencias que ha padecido.

Verlo terminado le da confianza. Se lo imagina por que lo ve. Comprueba que eso es lo que andaba buscando y lo quiere.

Las IMÁGENES 360º es muy probable que afiancen su convencimiento. Interactúa con ellas, se mueve en el espacio. Cada vez hay menos dudas. Se emociona. Ya se ve trabajando ahí y haciéndolo de maravilla.

Ya está.

Te hemos ayudado a convencerle con las herramientas visuales que necesitabas.

¿Es posible hacerlo sin esta ayuda? Si, claro, pero a otro ritmo y con resultados menos seguros.

Si nuestros clientes cuentan con nuestra colaboración es por que les resulta eficaz y rentable, por que aceleran el proceso. En definitiva, venden mejor y antes. Lo que se traduce en calma, felicidad y dinero.

Como comenté en mi anterior artículo:

George Clooney con una taza de Nespresso

What else?