Hoy te quiero hablar de autocrítica y esfuerzo para conseguir cualquier cosa que nos propongamos.
Esta frase que algunos atribuyen A Gary Player y otros a Arnold Palmer (dos maestros del golf), creo que encontró su “inspiración” en una anterior de Thomas Jefferson:
“Cuanto más trabajo, más suerte tengo”
Ambas tienen el mismo “recao”:
Cúrratelo y deja de llorar.
Si entrenas (el trabajo del golfista es entrenar, no jugar torneos) te darás cuenta de que, automáticamente, obtendrás mejores resultados no vinculados con la providencia.
Todos tenemos algún amigo o conocido que siempre se queja de su mala suerte. Reconozco que yo mismo he tenido esa actitud en ocasiones. Son los mismos que justifican el éxito de los demás precisamente con eso, con la suerte que tienen y que ellos no encuentran.
No tienen la más mínima autocrítica interna. Se suicidan emocionalmente solitos.
Sabemos la teoría pero, en ocasiones, cuesta llevarla a cabo.
No soporto esa manera de justificar los fracasos propios y los éxitos de los demás.
En definitiva, es envidia. Como le oí decir al MagoMore, algo que es gratis e infinito.
Como no puede ser de otra manera, tú haz lo que quieras. Yo lo tengo claro.
No vengo de una familia con fortuna (no me quejo) y mis padres me enseñaron la cultura del esfuerzo.
Las herramienta de los pobres, como dice Luis Monge Malo, son:
El talento o el esfuerzo. Si encima juntas las dos, nunca deberías de tener problemas de dinero.
Yo tengo el talento que tengo pero nadie me podrá decir que no llevo toda la vida esforzándome.
Primero lo hice con la arquitectura y, desde hace años, con la visualización arquitectónica con un objetivo principal:
Aprender cada día para ser mejor.
Mis clientes lo agradecen.
Me encantan cuando me dicen:
¡Joder, cabronazo!, esto no me lo esperaba. Esto es diferente.
Si quieres decirme lo mismo, mándame un mensaje y verás como tu próxima promoción la venderás en un plis plas.